GNC

Pese al aumento de la nafta, aún no levanta la conversión de autos a GNC

El gas sigue más barato pero el costo de los equipos, de 1 a 2 millones de pesos, frena los pases. El Consumo, lejos del récord de 2001.

La equivalencia es así: con 1 m3 de GNC un vehículo recorre el mismo trayecto que con 1 litro y 1/4 de nafta súper. Si vamos a los números en pesos, esa correspondencia da 479 contra 1.320 pesos, respectivamente. Hasta ahí, claramente, la conveniencia en el gasto cotidiano sigue del lado del gas. Ahora, ¿por esa diferencia, se mantiene la tendencia de los automovilistas a instalar los equipos que permiten la conversión del sistema de combustión? La respuesta en los talleres que realizan el trabajo es “no”, y la razón que argumentan es que el costo de un equipo es de un poco más de 1.000.000 de pesos y la recesión golpea también a ese sector de servicios.

Todos los principios de mes la misma historia. La pizarra de precios de las estaciones de servicio que venden naftas y gasoil se ven alteradas, pues los combustibles líquidos no paran de subir. Ya sea que desde la boca de las petroleras ajustan los valores o por los impuestos que decide cobrar el gobierno nacional, lo cierto es que los expendedores deben modificar los números a la vista. En este agosto, el litro de súper de marca YPF cuesta 1.059 pesos.

Sin embargo, a pesar de la gran disparidad en la descarga del bolsillo cada vez que se llena un tanque, las transferencias de naftas a gas ni se acercan a aquel “boom” de las conversiones de 2001. “El GNC es, por lo menos, 50 por ciento más barato que cualquier nafta, pero como no está habiendo conversiones no se vende más y estamos a la mitad de aquel año récord. Hasta que no haya un parque automotor con la suficiente cantidad de vehículos a gas el volumen de ese despacho no va a aumentar”, puntualizó una fuente de la Federación de Entidades del Combustible de la Provincia de Buenos Aires.

Esa misma fuente adjudicó la falta de conversiones a GNC al contexto económico. “Solamente cargan los que ya tienen el equipo: para los autos nuevos no se encarga la transferencia porque cuesta entre 1.500.000 y 2.000.000 de pesos, no muchas personas tienen toda esa plata junta y las tarjetas no dan esa disponibilidad de crédito”, añadió.

De acuerdo con los números que maneja la Federación, el promedio de vehículos a gas en el país es de alrededor de 2.000.000 de unidades.

Carlos, dueño de un taller de colocación de equipos de la avenida 32 entre 17 y 18, afirmó que están estancados tanto el precio como la cantidad de instalaciones. “Por la recesión -aseguró el técnico- la gente no los está colocando: no tiene resto para destinar un dinero a un equipo de gas”.

Para Carlos, no está alcanzando la brecha en el precio de un combustible y otro, la que calcula hasta en un 65 por ciento, y ni siquiera la ventaja en el uso de tarjetas de crédito. “En nuestro rubro hay planes de 6 y 12 cuotas, y sin embargo la gente no los está aprovechando, y eso, insisto, porque no le queda resto”, dijo.

Propietario de dos talleres de colocación de tubos de gas, Eliseo sostuvo que “siempre se mantiene un 60 por ciento de diferencia entre el precio de la nafta y del GNC”, pero admitió a la vez que el costo de un equipo es elevado. “Hoy, instalar uno de quinta generación con tanque de 60 litros que es el más común para los autos, sale 1.100.000 pesos, y con tarjeta, que se puede a 12 cuotas, el recargo es de un 42 por ciento”, indicó y estimó luego que “un Uber, por ejemplo, en cuatro meses recupera lo invertido en la conversión”.

Aclaró, asimismo, el sector, que la transferencia resulta conveniente en los casos en que los usuarios realizan, por lo menos, unos 20.000 kilómetros anuales, a partir de los cuales comenzaría a amortizarse el gasto de la compra e instalación.

El Día

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