Los proyectos de YPF para el segundo semestre
La futura evolución de precios de las naftas dependerá de lo que ocurra con las negociaciones del precio local y de las variables macroeconómicas, como la devaluación y la inflación
Como todos los actores de la industria hidrocarburífera, YPF también está a la espera de conocer la letra final del proyecto de ley de promoción de inversiones para la producción de petróleo y gas, que el Gobierno prometió mandar al Congreso este año, pero que todavía no vio la luz. A partir de ese proyecto, YPF planeará sus inversiones para los próximos años, según le dijeron ayer ejecutivos de la compañía a los inversores.
Lo que es seguro es que YPF se enfocará en el petróleo. Ahí tiene margen para crecer por dos motivos: podría dejar de comprar crudo a otras productoras para abastecer a sus estaciones de servicios (todavía adquiere el 14% de lo que refina) y tiene como objetivo convertirse en un exportador neto.
“Esperamos un incremento continuo en la producción de petróleo y gas, pero más en petróleo. Con el Plan Gas, la demanda ya está satisfecha. Faltaría abastecer el pico en los meses de invierno, pero por la falta de infraestructura es difícil suplir ese pico con oferta local. Creemos que esa demanda seguirá siendo abastecida por la impostación de GNL y de gas de Bolivia. Por lo tanto, la actividad se centrará en mantener los niveles actuales de producción, pero vemos potencial en lograr un mayor progreso en petróleo, particularmente en Vaca Muerta”, explicaron los ejecutivos.
En la conferencia estuvieron el CEO, Santiago Affronti; el director financiero, Alejandro Lew, y el encargado de la relación con los inversores, Santiago Wesenack. Entre los analistas financieros que participaron de la reunión estaban los representantes de los bancos UBS, Morgan Stanley, Bank of America y Balanz, entre otros.
En el segundo trimestre, la producción de gas natural disminuyó 2,7% a 34,1 millones de metros cúbicos por día (m3/d), mientras que la producción de petróleo se expandió 4,7%, a 210.200 barriles diarios. Este incremento en la oferta de crudo se debió al aumento de 38,9% de la producción de Vaca Muerta, que compensó la caída de 2,4% del convencional (proyectos más maduros).
El precio promedio de venta del barril de petróleo fue US$51,6, por debajo a los valores internacionales (la cotización Brent que se toma de referencia en el país), que promedió los US$69. La posibilidad de tener este descalce se debe a que se encontraba vigente un acuerdo entre refinerías y productores locales para tener el precio de referencia local más bajo.
“El objetivo de este acuerdo es suavizar la evolución de los precios del crudo, minimizando la volatilidad y permitiendo un traspaso gradual al surtidor. Los precios locales están entre 10% y 15% abajo en promedio de los valores de importación. Los precios que reflejan el surtidor son razonables relacionados con los precios del crudo local, nos permite tener márgenes saludables sin generar mayor presión sobre los consumidores”, explicaron los ejecutivos.
Una de las preguntas que le hicieron los analistas es sobre las políticas de precios para los próximos meses, teniendo en cuenta que son las elecciones de mitad de término. “Ajustamos nuestros precios desde agosto del año pasado hasta mayo para acomodar nuestras necesidades y tener un flujo de caja saludable. Acumulamos un aumento del precio nominal de 60%, que nos permitió mejorar el margen. La futura evolución dependerá de lo que ocurra con las negociaciones del precio local y de las variables macroeconómicas, como la devaluación y la inflación, que vamos a monitorear de cerca. Si se mantienen tranquilas, no vemos ningún ajuste relevante”, indicaron.
Con relación a las preguntas sobre las inversiones para el año próximo, los ejecutivos dijeron que los próximos pasos en el downstream es adaptar la refinería para la mayor producción del petróleo de Vaca Muerta, que es más liviano, y para adaptarse a la nueva legislación sobre la calidad de los combustibles. Sin embargo, no creen que sea necesario una ampliación de la refinería principal que tienen en La Plata, sobre todo en este contexto en el cual no hay certeza sobre cómo será la movilidad tras la pandemia.
Las preguntas también estuvieron relacionadas con el proyecto de ley de hidrocarburos y en YPF dijeron que el presidente Alberto Fernández prometió enviarla al Congreso este año. “El Gobierno está consultando a los distintos actores antes de presentar el proyecto, para que provea la señal correcta para incentivar las inversiones. Mantenemos un diálogo activo con ellos, les damos nuestra propia mirada del asunto, pero no sabemos cómo será el proyecto final ni cuándo se hará”, confesaron.
Ezequiel Fernández, analista de Balanz, fue uno de los que participó de la conferencia y valoró el resultado trimestral de YPF, que, pese a tener una pérdida de US$492 millones, mostró un crecimiento de 41% del Ebitda (el resultado antes del pago de impuestos, intereses y amortizaciones). Tras la publicación de dichos resultados, la acción de YPF rebotó ayer un 4,12%.
“Estuvo muy bien la presentación. El Ebitda creció 10% por encima de lo esperado por el mercado, y se vio una mejora en el upstream y downstream. Hay mucha mejora de eficiencia en Vaca Muerta, que el año pasado no se vio por la pandemia, y la pone a YPF en una posición muy cómoda para que el resto del año llegue a los objetivos de producción que se estableció”, indicó.
Por Sofía Diamante
La Nación