La refinería de la plata se recupera y ya opera al 80%
Se trata de una de las más importantes de Sudamérica y encara una serie de obras para poder procesar más crudo de Vaca Muerta.
La emblemática refinería La Plata de YPF ya produce al 80% de su capacidad después de una drástica disminución de su rendimiento producto de las drásticas medidas de confinamiento a nivel mundial.
Enfrentar la caída de la demanda de combustibles fue un desafío inédito. Las medidas de aislamiento paralizaron el consumo, al punto de que los lugares para almacenar el crudo empezaron a escasear en los países productores.
La crisis fue tal que algunas petroleras tuvieron que alquilar barcos a los que llenaban de petróleo y lanzaban al mar hasta encontrar algún cliente.
Pero mientras se desplomaban las ventas de naftas y lubricantes, siguió existiendo una demanda de gasoil para el transporte esencial, la industria y la producción agrícola.
Eso supuso un fuerte desafío para las petroquímicas: debían refinar y despachar el gasoil, al tiempo que tenían que contener la producción de naftas y lubricantes.
El problema es que todo surge del mismo crudo que llega a la refinería La Plata desde Neuquén y la cuenca del Golfo de San Jorge (norte de Santa Cruz y sur de Chubut).
«Lo que tuvimos fue un desbalanceo de la producción», explicó Pablo Rizzo, gerente del complejo industrial La Plata.
Ubicada en los límites de tres ciudades: La Plata, Berisso y Ensenada, la refinería fue pensada por Enrique Mosconi -el primer presidente de YPF- cuando entendió que la petrolera estatal debía sumarle valor agregado al crudo argentino, que hasta entonces era refinado por compañías extranjeras.
Cuenta con una capacidad de procesamiento equivalente a 189.000 barriles diarios y produce el 39% del gasoil y el 41% de las naftas sobre el total de producción nacional. Se trata de una de las más importantes de Sudamérica, solo superada por la refinería del Planalto Paulista, en San Pablo.
El crudo llega hasta la refinería y se almacena en un parque de tanques. El 55% llega desde las entrañas de Vaca Muerta a través de un oleoducto. En tanto, otro 45% llega desde el Golfo de San Jorge en dos escalas: primero en barco hasta Bahía Blanca y luego vía oleoducto hasta La Plata.
Hacia adelante, la mirada está puesta en producir la mayor cantidad del crudo liviano que se extrae de Vaca Muerta. Para eso YPF viene trabajando en una serie de obras que permitirá optimizar algunos cuellos de botella que genera la refinación del petróleo no convencional que llega desde Neuquén.
La proporción de crudo liviano viene en aumento y ya representa el 55% del total que se refina en YPF. En la planta se invirtieron USD150 millones para adecuar las máquinas a este tipo de petróleo y en La Plata estiman que representará más del 80% a fines de 2023.
El crudo Medanito (así se llama el petróleo de la cuenca Neuquina) es el más liviano del país. Debido a esa característica es más sencillo extraerle como derivado cualquiera de las naftas que se utilizan habitualmente.
Otro tipo de crudo que se extrae en Argentina es el Escalante, que surge de las profundidades del Golfo de San Jorge. Se trata de un petróleo más pesado que presenta buenas oportunidades al momento de extraer todos los derivados. Ahí aparece Complejo Industrial La Plata (CILP) como una poderosa herramienta productiva.
El CILP es uno de los complejos más importantes de América del Sur y uno de los activos industriales más dinámicos de la Argentina. La refinería posee la capacidad de procesar todas las variedades de crudo que se producen en el país para obtener una amplia gama de productos. El 80% del crudo que ingresa es producción propia, mientras que el 20% se adquiere a terceros.
Semanas atrás, la refinería completó con éxito la puesta en marcha de la planta Catalítico A luego de más 70 días de trabajo continuo. Para este trabajo se requirió de la mano de obra de unos 800 operarios especializados y se invirtieron u$s 30 millones.
La planta Catalítico A (o unidad de craqueo catalítico) cumple la función de convertir corrientes de hidrocarburos de bajo valor -provenientes de otras unidades de la Refinería- en productos de mayor valor y utilidad, por ejemplo: naftas, materias primas petroquímicas y para la industria del caucho, gas licuado de petróleo (para garrafas), gasoil y gas combustible para hornos y calderas.
Por Cristian Lora
La Política Online